jueves, 9 de diciembre de 2010

Espacio como fluido


El tratamiento que le estoy dando a lo largo del proyecto al espacio me ha provocado tratarlo como una sustancia, las razones que me generan la necesidad de materializarlo son entre otras el hecho de hablar de él en su forma de relacionarse, lo que lo envuelve, como se comporta, como es generado, etc. Al tratar un espacio continuo entre el interior y el exterior que compone el volumen envuelto por las diferentes pieles me sugiere hablar de él como si fuese un líquido. Un fluido que tiene la forma cambiante dependiendo del volumen que la envuelve, como pueden ser las pieles del último trabajo. Esta sustancia optimiza todo el espacio del que dispone, y en el caso de haber una perforación en una piel de la envoltura tiende a salir ocupando también el espacio contiguo a la piel perforada.

Debido a la fijación que he tenido últimamente en el espacio exterior y la naturaleza en general, he llegado a centrarme en los espacios formados en el interior del mar por la inmediatez de encontrar un espacio funcional ocupado realmente por un líquido. Lo primero que pensé es como realmente el líquido en el mar ocupa todo aquello que lo envuelve, creando un espacio total similar al que he tratado en todos mis trabajos. Comparando las formas del terreno en el interior del mar y en el exterior, la forma de las rocas, sus perforaciones y la funcionalidad de los espacios generados en estas para los seres vivos del interior del mar, me llegue a interesar realmente por los corales.

En el trabajo realizado hasta ahora había encontrado similitudes entre mi proyecto y el fondo del mar, pero no había extraído nada nuevo para mi proyecto. Surgió entonces mi interés por los corales, debido a que estas “rocas” eran realmente seres vivos que generaban su propio espacio. El interés que tenía esto para mí era como conformaban ese espacio a partir de una estructura que iba cambiando a lo largo del tiempo según las necesidades de los seres. Esta estructura conforma un espacio funcional para los cnidarios (los seres que habitan en el coral) que está relacionado directamente con su exterior, por donde fluye el líquido constantemente, relacionando los dos espacios en uno como se estaba estudiando previamente. La estructura como ya hemos dicho se genera a lo largo del tiempo, la forma que va adquiriendo no es arbitraria, aparentemente presenta un programa desordenado pero realmente sí se encuentra ordenado, se conforma según las necesidades que surjan adaptándose a su espacio exterior y a las distintas pieles que lo envuelven como pueden ser las rocas cercanas y el terreno.

Ésta última aclaración es lo que he podido aportar directamente al proyecto, independientemente de tratar el espacio como un fluido y la relación que se aporta entre el interior y el exterior ya trabajada en trabajos anteriores, lo más inmediato ha sido el programa “desordenado” con el que configuran el espacio los cnidarios a lo largo del tiempo en función de las necesidades y adaptación a las circunstancias exteriores.

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